La Comunidad Gallega en Argentina
Los hijos nativos de Galicia, estuvieron presentes en todo momento en la historia de América. En épocas de la colonización, JUAN DIEZ DE BETANZOS y JUAN DE VIVERO fueron parte del proceso conquistador del Perú, uno como intérprete y observador de la cultura incaica y el otro como clérigo destacado por bregar por el bienestar de los mismos, respectivamente.La expedición Magallanes-Elcano contaba entre sus tripulantes a vecinos de distintos pueblos de Galicia, como LUIS VENDAÑO, JUAN AGRA BERNARDEZ, RODRIGO NIETO TREJO y ANTON BAAMONDE, entre otros. En México, una de las divisiones administrativas del territorio español conquistado se denominaba NUEVA GALICIAEn el Río de la Plata, los primeros gallegos que se registran, con autorización para viajar por la Casa de Contratación de Sevilla son D. ANDRES HERNANDEZ y FRANCISCO ARAUJO, éste último como parte de la expedición de PEDRO DE MENDOZA, primer fundador de Buenos Aires.En el siglo XVIII los gallegos se afincaban en distintos lugares de la Nueva Tierra y se destacaban en todos los campos de la vida colonial. Por aquel entonces, el TERCIO DE VOLUNTARIOS DE GALICIA, milicia urbana creada en Buenos Aires, capital del Virreintato del Río de la Plata, fue una de la formaciones militares que defendió a la entonces aldea porteña de las pretensiones conquistadoras del Reino de Inglaterra. Al frente de los gallegos, estuvo el fundador de ese cuerpo, D. PEDRO CERVIÑO.
En el siglo XIX, la crisis política en Europa, que también compromete a España, moviliza en América los deseos de emancipación e independencia. En estos hechos, los gallegos y sus descendientes tomaron parte en distintos momentos y bandos, siendo, en definitiva, todos protagonistas de la historia de este país: MANUEL BLANCO ENCALADA, BERNARDINO RIVADAVIA, NICASIO ANTONIO DE BIEDMA, VALENTIN y ADOLFO ALSINA, CARLOS CALVO y tantos otros que fueron vivos exponentes del devenir histórico argentino.
Ya conformada la Nación Argentina, a partir de 1853, comienza lo que se ha denominado la inmigración masiva de gallegos a este país, con períodos de mayor o menor caudal humano, el Puerto de Buenos Aires fue testigo de un flujo incesante de hijos de tierras gallegas que buscaban en el Sur de América un porvenir. Ya en el siglo XX, la crisis socio-económica de Europa, las grandes guerras europeas y la guerra civil española, contribuyeron a un aumento de la sangría humana que afectó a Galicia durante las cinco primeras décadas, decayendo ostensiblemente, a medida que Europa y España, en general, abrían sus horizontes luego de la Segunda Guerra Mundial.
En suma, la presencia de la Comunidad Gallega en Argentina no fue producto de una espontánea migración masiva de personas a este suelo, sino un proceso histórico-social que arranca en la prehistoria de la Nación Argentina y que, en la actualidad, es el fruto de la labor de esos miles de emigrantes que, solidaria y pacíficamente, contribuyeron al desarrollo y progreso de la Argentina, a la vez que consolidaron instituciones en las cuales guardaron ese importante bagaje cultural que forma parte de su idiosincrasia.
Las asociaciones gallegas en Argentina
Se puede establecer que, desde el comienzo de la emigración masiva de España hacia América, comenzaron su vida diversas instituciones gallegas, que albergaban a aquellos paisanos que buscaban un nuevo horizonte.
En sus inicios, las asociaciones tenían fines exclusivamente asistenciales y de beneficencia, brindando un solidario apoyo al recién llegado a estas costas. Aquellas primeras entidades tenían el nombre de la comarca o el Ayuntamiento al cual pertenecía el grupo humano que la fundaba. Un escritorio, algunas sillas, una pequeña biblioteca, un solar la más de las veces rentado y sobre todo, mucha morriña por la t